Chorradas Gatunas

Ser gato es muy duro. Dormir cerca de 16 horas al día no es tarea fácil. Se te entumecen los huesos y luego tienes que buscar una superficie adecuada, tal como un buen sofá, para poder darte un estirón de arriba a abajo, afilarte las uñas, y clavar las garras para estirar las extremidades. Después hay que acicalarse, y con tanto pelo esa es una tarea infinita. Y venga a tragar pelo, además. Buah, ¡qué rollo! Es mejor frotarse contra objetos que encuentres al paso, y aprovechar para rascarte contra ellos. Después están los pajaritos, que los ves y escuchas por todos lados, y son tan tiernitos a pesar de que hay que quitarles tantas plumitas... ¡pero engañan mucho, ¿eh?! que debajo de tanta plumita a veces luego no encuentras más que huesitos... Ser gato es realmente duro...

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