Cómo ha cambiado el mundo desde que lo conozco

Antes el tiempo transcurría más despacio. Me da igual lo que piensen. Para mí es una evidencia. Recuerdo a la perfección el sabor del tedio de los domingos por la tarde, la antesala de algo tan abominable como los lunes, el lugar de los horrores, donde decenas de niños se metían contigo "porque sí", porque eran niños. Los años eran lentos y no paraban de decirte "ya verás cuando seas mayor, como piensas lo contrario y el tiempo te pasará volando". El tiempo antes transcurría despacito, y el sistema era lento en general. Vivíamos en el pleistoceno. Dejábamos la basura alrededor del árbol y la bajábamos a las ocho, por aquello de que las ratas no inundaran las calles de día, y solo lo hicieran de noche. Lo sé porque una noche que bajaba la basura me encontré a mi vecino fumando en el portal. Tenía un cáncer terminal pero él se escapaba como un niño chico a fumar al portal. Y allí, juntos, conversando, vimos aquella enorme rata. Por entonces no había portero automático y empezábamos a cerrar con llave el portal. Aunque parezca increíble antes las ciudades también fueron seguras, en algún momento, en algún barrio al menos. Allí hasta entonces al menos así fue. Luego llegó el vídeo. Después el DVD y después las intro de menos de 2 segundos a las series. Cuando antes duraban un minuto. Sí, así, tal cual. Cojan un episodio de "El Gran Héroe Americano" y cronometren la intro. Después hagan lo propio con uno de "Lost". Así que esto es la prueba fehaciente de que antes, el tiempo, transcurría más despacio. El tiempo daba más de sí. Ahora todo es tan escueto que cuando has empezado a sentirte a gusto en la relación se ha acabado. Las conversaciones de WhatsApp ni siquiera tienen despedida. Y en los trabajos ya ni siquiera te despiden con quince días, de un momento a otro, "te van", y ya no estás. ¿Y qué ha pasado en la cocina? Pues que antes comíamos de puchero y ahora de precocinados. Los ingredientes naturales han sido suplantados por transgénicos. Y así estamos. Enfermos. ¿De verdad creen que es lo mismo un envase de callos precocinados que unos callos de verdad? Pues no. Aunque nos cuenten que están hechos con ingredientes naturales. ¿Y qué sucede con las mentes? Que están enfermas de ansiedades varias y depresión. No comemos bien, no sabemos comer y nadie nos ha enseñado a cuidarnos. Vivimos a doscientos cincuenta quilómetros por hora y la verdad es que no acabo de comprender el porqué. Cuando vivía en la gran urbe, urbe que adoraba y llevaba en las venas, siempre iba corriendo a todas partes. Me decía a mí misma que los minutos que corría para coger a tiempo un metro o autobús antes los ganaba para poder comer sentada porque luego tenía que salir corriendo para ir a trabajar, y lo mismo al salir por la noche. Todas las noches corriendo como loca para regresar a casa, porque sí, el último metro pasaba justo a mi hora de salida y de otra manera me resultaba imposible volver. Y qué divertido era, en medio de la carrera, llegar cada noche a la taquilla, chocar las manitas al anciano taquillero que estaba a punto de jubilarse, y pasar por la cara, porque él no te quería cobrar. Sin duda lo mejor del día. Su sonrisa. Y un día abres las puertas en la carrera y aterrizas en el desplegable de unos politoxicómanos que se estaban inyectando en vena en medio de la puerta, en pleno vagón. Y cambia de vagón a la carrera en la siguiente parada y visita el siguiente espectáculo gratuito. Porque si encima me hacen pagar, vomito. La ciudad, esa verdadera jungla de asfalto que pocos llegan a conocer, otros no quieren reconocer, y muchos otros anhelan, ingenuos ellos, como si fuera una mina de oro, la mina de oro que les fuera a hacer millonarios. En la ciudad conoces la impotencia, aprendes la desconfianza, identificas el asco, absorbes la violencia como algo normal y te haces duro, un tanto insensible porque es la ley del más fuerte, si no pisas fuerte te pisan a ti. Por eso, creo yo, los que queremos pisar sin que se sepa que hemos pisado acabamos lejos de ella, por mucho amor que le profiramos. En la ciudad ves muerte en forma de apuñalamientos mortales, atentados o suicidios y lo que más sorprende de eso, lo que te deja verdaderamente perplejo, es chocar contra el morbo de quiénes se regocijan en la contemplación de la escena, impávidos. Por eso aquel día en que aquél chico se tiró a la vía en Plaza Cataluña me di la vuelta y subí corriendo a toda velocidad para avisar al Jefe de Estación. El convoy no me iba a llevar a mi casa, yo no era persona morbosa de quedarme a ver y esperar y mi manera de ayudar pensé que tenía que ser esa. La ciudad tenía cosas buenas, claro que sí. Puedes formarte casi en todo. Pero es realmente dura. Y seca, muy muy seca. Y te hace una corteza dura. Luego están los atracos, los robos y los hurtos. Y los accidentes de coche. Y los accidentes en sí. En la ciudad eres un número y, a veces, ni siquiera eso. Afortunadamente eres anónimo. Y aprendes a que te resbale absolutamente todo, lo cual es algo que resulta muy práctico, sobre todo a nivel emocional. La ciudad es el mejor aprendizaje para luego hacer absolutamente lo que te venga en gana. Mi lema siempre fue "vive y deja vivir". Sin molestar (ni perjudicar) al prójimo. El problema es que mi lema por lo visto no es el de los demás. Porque en estos tiempos que vivimos, en los que el tiempo transcurre a gran velocidad (y así retomo yo mi hilo) se ha acelerado tanto tanto el aprendizaje, que una gran mayoría no ha aprendido nada. Y por eso (pienso yo, ingenuamente, y por encontrarles una explicación a esos pobres desgraciados) una gran mayoría carece de modales, valores, sueños o ideales. No han aprendido nada y no tienen ni idea de lo que son los "valores" porque su sistema de vida es el de la inmediatez, o lo que es lo mismo: si quiero algo lo compro o lo robo. Y, para más inri, sus vidas están tan vacías que viven exclusivamente de cara a la galería, es decir, todo lo que hacen tiene una intención absoluta de sacar a pasear a su ego de la mano y no hacen nada per se. Tampoco se aguantan a sí mismos porque ni siquiera se conocen a sí mismos y es por eso que no resisten pasar tiempo a solas (no soportan los confinamientos) y en su mayoría están enfermos de dependencia emocional, porque necesitan del "prójimo" (al que realmente no aprecian ni valoran) para que les dé un like, lo que en sus términos se traduce en "una licencia para vivir", al menos, un rato más, en la galería de exposición de alarde y despliegue de egos, unos egos que en muchos casos, no leen o ni siquiera entienden lo que leen porque toda reflexión les aburre. Por todo esto, señores, porque se dice señores para referirse a un género variado o en todo caso debería decir sólo señoras porque, que yo sepa en el mundo hay mayoría de mujeres y lo correcto es referirse al todo indicando el género mayoritario pero no el manido y aburrido y esperpéntico y redundante "señores y señoras" que unos políticos del tres al cuarto se creen que es el correcto, ¿acaso están incluyendo a los que no definen su género? Pues no, así que, por favor, regresemos al Planeta Tierra, al siglo XXI, a la evolución, y soltemos lo que no nos permita avanzar pero quedémonos con lo que nos sea útil. Y decía, por todo esto, señoras, (xD - soy una rebelde, y ¿qué le vamos a hacer?) puedo afirmar rotundamente que esta sociedad está francamente mal. Su sistema de pensamiento no ha evolucionado al ritmo que lo ha hecho todo lo demás, por no hablar de sus "moldes" o convencionalismos. Internet ha representado un cambio radical en el sistema y sin embargo el sistema parece que no lo acaba de aceptar. Nos guste o no se queda y tendremos que adaptarnos a ello. La supervivencia siempre ha consistido en adaptarse o morir. ¿Nadie se da cuenta? Los patrones que hasta antes de internet servían no tienen por qué servir ahora, nos guste o no. Y si quieres sobrevivir tendrás que adaptarte a ello o... o explorar algún lugar remoto donde quieras vivir sin tenerte que adaptar porque internet no haya llegado aún pero me temo que hasta en la Selva, por lo que vi en unos documentales en La2, les ha beneficiado. Renovarse o morir y vivir el momento y conocerse a uno mismo. ¿A alguien le suena todo esto? Ah, claro, que hoy en día ya nadie lee a los Clásicos de la Antigüedad... pues sin embargo su pensamiento es vigente, ¿nadie se da cuenta de que llevamos siglos de dar vueltas sobre lo mismo porque el ser humano tiene la tendencia a no escuchar y aprender de sus mayores/ errores anteriores? La de tiempo que nos habríamos podido ahorrar... Valores, motivaciones... ¿Por qué se han perdido? ¿Por qué hemos enfermado tanto en las últimas décadas? ¿Tendrá algo que ver toda esta aceleración? Yo estoy convencida. Un huevo frito perfecto tiene su tempo, y sus pasos a seguir. Podrás hacerlo en menos tiempo o con menos ingredientes pero no quedará igual. Y sólo* es un huevo frito, ahora imagínense todo lo demás... ¿Estás triste? Lee ¿no te soportas? Lee ¿te sientes frustrado? Lee. O explora. ¡Sal a la naturaleza! ¡Contempla el paisaje con detenimiento y al detalle! ¡Escúchate! ¿Qué te dices? ¿Qué tienes dentro? ¡Suéltalo! Y lee... jajajajajajaja perdón, o pide ayuda, que no es nada malo ni te hace débil. Porque esa es otra: la sociedad está enferma de etiquetas y de (pre)juicios. A lo mejor no has tenido "la suerte" de curtirte en la ciudad y de que te resbale todo pero eso se puede aprender. ¡Todo se puede aprender! Hay mucho de voluntad e intención en ello, pero de verdad que todo se puede aprender. Fíjense que lo primero que se suele aprender de manera innata suele ser "lo malo". Porque lo malo se graba a fuego a través de las emociones y lo bueno no siempre se graba, porque no siempre genera emoción, me atrevería a decir que depende de la fuente emisora de eso que consideramos "bueno". Me he vuelto a desviar... el mundo ha cambiado mucho desde que lo conozco. Me viene a la mente aquel "cualquier tiempo pasado fue mejor", sin duda fruto de no saber valorar lo que tenemos. Por eso les invito de nuevo a valorar el momento presente, dejar el pasado donde está y mirar al futuro sin pensar demasiado en él, porque no todos llegaremos, nos guste o no, y lo importante es aprender por el camino, aunque casi diría comprender, desplegar nuestra empatía por todo el recorrido, porque la considero imprescindible para vivir, y no juzgar, a nada ni nadie por ser diminuto que sea, porque todos, absolutamente todos, tenemos nuestra función. Aunque no la veamos. Aunque ahora mismo no la sepamos. Valoremos la vida, valoremos nuestra vida, valoremos todo lo que se nos ha regalado, porque es prestado. Desterremos egos y vivamos desde el alma, desde nuestros anhelos más profundos, con mirada limpia y simple. Luchemos por nuestros sueños, y por aquellos a quiénes queremos. Sin olvidar que este camino es nuestro, y estamos solos, desnudos, todo es circunstancial. Todo, tal como viene se va. No importa si las cosas no salen como uno desea, lo importante es volverse a levantar, como hace el sol cada mañana incluso los días en que no lo vemos. Porque todos tenemos nuestra función. Y miras atrás y te das cuenta de lo ridículo que fue pasarlo mal por aquello, lo otro o lo de más allá. Y hoy, sabiendo lo que sabes, lo harías diferente. Pero en su día lo hiciste lo mejor que supiste con lo que llevabas a cuestas dentro de ti. Y sí, a veces hacemos daño a personas sin darnos cuenta ni pretenderlo, más de las que nos pensamos. Y a veces hacemos mucho mucho daño, por eso hay que aprender a perdonar. Y a perdonarse. Porque uno mismo puede llegar a ser el peor enemigo. Y porque nadie nace enseñado y el camino, a veces, es más duro de lo que uno quisiera. Así que si se caen, ¡levántense! Si han perdido los sueños ¡invéntenlos! Si lo que les llenaba ya no les llena ¡abandonen! y sobre todo: vivan desde un corazón limpio y puro y permitan que éste les guíe, porque verdaderamente nunca se equivoca y si "algo" les dice que no, es el "ego" susurrando porque teme perder la batalla. ¡Amordácenlo si es necesario! (Un poco de humor, por favor) Y una pausa: Amor-dacen-lo = denle amor. Porque si al "ego" le dan "amor" verán que ocurren cosas maravillosas. En cambio cuando damos más "ego" al "ego" nos podemos convertir en el mismísimo diablo. Y ahí la tarea que nadie nos enseñó ¿Cómo amarnos a nosotros mismos? Porque nadie nos ha enseñado a esto. De hecho, la escuela actual, es la mejor enseñanza en contra de esto porque la enseñanza actual es una retahíla de conceptos que sólo sirven para engrosar y humillar egos, dejando a unos por las nubes y a otros por los suelos, y ahí empieza la jungla de las etiquetas otra vez y ahí suele estar el origen o explicación de esas morales tan escasas y parcas, origen de futuras dependencias de unos y de otros, porque unos serán bajas autoestimas que vivirán en la apariencia por y para la galería y otros serán personas vacías por exceso de ego que vivirán por y para la galería. ¿Y quién es el cuerdo? Aquel que sepa sortear todo eso y reírse de ello. Aquel que sea alimentado de amor en su núcleo. Aquel a quién hayan disciplinado en vivir el momento y quererse a uno mismo. ¿Y qué es lo que suele suceder? Pues actualmente que el nido es inexistente, ya sea porque es disfuncional por uno motivo u otro o porque los miembros que lo componen ya arrastran sus propias deficiencias. Así es, que, me atrevería a decir que necesitamos evolucionar y mucho en los sistemas educativos vigentes. No es importante en absoluto si una lengua predomina más que otra, ¿nadie se da cuenta de eso? Y más en un mundo global... lo que es importante, verdaderamente IMPORTANTE es ¡amueblar cabezas! Pero no con conceptos como quién engorda el pavo que se van a cenar en Navidad no, sino con VALORES: respeto, empatía, tolerancia... Educando desde la motivación y no desde la competitividad que es lo que se impulsa en la actualidad. Educando desde el desarrollo de habilidades de cada uno, que son distintas para cada uno, educando en lo saludable, en comportamientos sanos y saludables, en alimentación saludable, enseñando a rechazar desde la asertividad lo que nos daña, educando en el cuidado de nuestro cuerpo y mente, educando desde el respeto a la naturaleza y a todos los seres. Porque sucede actualmente que se educa desde "el hombre como ser superior", como si fuera verdaderamente algún tipo de dios ejecutor que sabe "por inducción" lo que es mejor para los que están por "debajo" de él, ¡porque se cree superior! Y eso es verdaderamente absurdo y soberbio, porque como les contaba más arriba... todos tenemos nuestra función... A veces me siento desolada contemplando toda la devastación educacional. Lo peor de todo es que los maestros salen todos del mismo patrón y nadie se ha plantado ante todo este despropósito. [Bueno, conozco un solo caso, y estoy muy orgullosa de la escuela del bosque que ha montado.] Y mientras tanto, los gobiernos (sí, con minúscula, porque verdaderamente son minúsculos de esencia y valores) se dedican a modificar las leyes pero todas son más de lo mismo: imposición de egos ¿alguno de ellos verdaderamente se ha parado a pensar en lo que está fallando del sistema? Les pasaría como con la vida, que miras atrás y te da risa o te pones a llorar. El mundo ha cambiado. Mucho. Se ha despersonalizado. Nos hemos olvidado de nosotros mismos y sólo somos números de nuestros gobiernos. Gobiernos que por lo general no hemos elegido porque no nos representa ningún partido y ni siquiera la ley electoral. Somos hijos de una mal llamada democracia donde el poder no está en manos del pueblo sino en manos de unos que han decidido representar al pueblo mediante alianzas entre ellos. De vez en cuando algún referéndum entre la población estaría bien pero, claro, somos números solo para lo que les interesa a ellos, para el resto, que suele ser para casi todo, no existimos, salvo cuando hay que pagarles el salario, pensión vitalicia incluida (algo que también habría que cambiar). ¡Despierten! ¡Abran los ojos! Aún estamos a tiempo de cambiar todo esto y de verdad dejar un mundo mejor, mundo que, por cierto, nos estamos cargando entre todos. El cambio es posible, pero para ello cada uno de ustedes tendría que hacer su propia evolución y dar sus pasitos hacia donde ustedes vean que les lleva su corazón, no lo olviden. Aquello que no cambia o permanece inmóvil muere. El cambio es positivo. No hay que temer al cambio. Hay que abrazar el cambio y adaptarse. Be Water, My Friend, como decía Bruce Lee ¿Se atreven a cambiar? Es fácil, primero un paso y después otro, y así... se hace camino.

 If you wanna make the world a better place

Take a look at yourself and then make that...
Change!
Man In The Mirror, Michael Jackson


¡Feliz Vida Amigos!



*sólo: poner la tilde en solo también es un acto rebelde, lo siento... 

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